Imperium el continente más grande, contiene en su centro, rodeado de montañas, a la torre Atempus. El gigantesco ejército santo estaba dividido en bloques por origen. Cada división era administrada por un General de guerra o un rey de tierras lejanas… Lamentablemente Argarion no tuvo otra opción, debió permitir la presencia de enemigos jurados a su reinado, pero, que bajo la misma amenaza, tuvieron que unir fuerzas. La misión original que los Santos de la Luna Negra era cruzar los grandes portales y ya del otro lado, eliminar la amenaza, mas algunos tenían sus propios planes a seguir.
Los Reinos
Desertorum, extensiones de tierras muertas y desiertas que pocos años atrás fue parte del reino de Umbarum, divididos tras la creación del Manto Negro, una muralla de nubes para proteger la isla de Rotrah. Estas tierras son habitadas por criaturas salvajes y mágicas, y no admiten a humanos comunes en su territorio, los pocos sobrevivientes se entrenan como ávidos asesinos y mercenarios.
Uno de los más grandes generales de Umbarum y Desertorum, fue convertido en Líder de una gran facción de la legión de los Santos de la Luna Negra, conocido como Halgan de Demio. Sus ojos suelen tornarse rojos en totalidad, parecen dos rubíes, se cristalizan en batalla poseído por el fulgor. Sin importarle, su único objetivo es formar un ejército más poderoso que el de Argarión y proclamarse dios.
Siempre mirandolo de lejos, en un torreón, Bastian, único hijo bastardo de Halgan, nacido en las tierras de Vitae, observa como su padre organiza sus tropas… él lo odia como padre y lo respeta como superior. Sabiendo de aquellos planes, busca infiltrarse en las legiones, y poder detenerlo. Nadie sospecha de Bastian, puesto es un común campesino, fuerte pero no resaltante, valeroso e intrépido, solo nombrado como el “Espadachín exagerado” por quienes no lo aprecian, por usar una espada tan alta como él, sus brazos aunque fuertes, no demuestran el increíble control que tiene sobre esta arma.
En el reino de Pelagus, zona del continente conformado principalmente por grandes extensiones de playas nevadas, los grandes faros blancos marcan la ruta del imperio más numeroso. La capital es asediada constantemente por tormentas y rara vez iluminada por el sol, suelen rezarle a su Ente menor, Aqua, la dama del océano pidiendo su misericordia y su poder.
Se pueden apreciar pocas faunas en estas tierras debido al intenso frió y humedad, pero la cantidad de especies marinas descubiertas alcanza grandes cifras. Los muelles más importantes se encuentran en la nación de Pelagus, pioneros en la pesca, la exploración de océanos, y tecnología naval; por más de poseer la flota más grande y poderosa por siglos, ha mantenido una frágil alianza con el reinado de Argarión; pero hoy sus enemigos en común son una amenaza mayor que estos detalles.
Dilesie, “El mago romántico”, desembarcaba de la fragata “Breiya”, el navío enviado por el reinado de Pelagus; Dilesie, conocido por ser un poderoso maestro del control del aire y el mar, es renombrado al haber sobrevivido al dragón marino Teryx Taenio, aunque en esa batalla perdió su brazo derecho, infortunio que ahora usa para conquistar mujeres. En las filas de su camarada Argarión, su objetivo no era solo conocer a las hechiceras y princesas más poderosas y bellas, sino concluir la tarea de su hermano mayor, Bengalus. En una carta que recibió recientemente le encomienda una búsqueda imposible:
“Mi vida se esta acabando, el báculo sagrado no podrá mantenerme vivo por mucho más tiempo, soy mortal, y no hay gracia divina que pueda cambiar eso. Mi historia esta plagada de aventuras y guerras, he visto y he hecho crecer los reinados más hermosos de este mundo, así como también los he ayudado a caer… Mas allá de mis conocimientos, no he logrado obtener algo muy importante, y necesito que tu lo encuentres…”–en eco las ultimas palabras de Bengal resuenan en su mente con la llorosa y temblorosa voz de un anciano arrepentido “Gailbour el arma de las mil formas, encuéntrala… devuélvela a la tumba del Héroe en el cementerio del castillo de Wings, alguien la ha robado y no pasara mucho tiempo antes que se repita la catástrofe… jamás.. Debí… abandonarlo…”
Solicium, Las tierras del reinado de Solis, compuesta por bajos valles y planicies en su mayoría, con pequeñas montañas al norte; su clima calido, no muy variable, contiene la mayor cantidad de ciudades, aldeas, palacios, comercios, puertos y por demás está decir, un altísimo número de habitantes, de los cuales no todos son fieles seguidores, y suelen crear campamentos rebeldes en las fronteras del amplio reinado.
Poseen una fuerza terrestre de grandísimas dimensiones, para luchar en nombre de Solis, además de grandes avances en la educación y el conocimiento. El reinado está compuesto por Señores de la Luz, quienes comandan diferentes partes de las tierras; pero todos bajo la soberanía y el mando del Santis, o el santo, quien es nombrado representante en forma humana de Solis, y por ende, gobernador absoluto de su reinado, titulo que se autoproclamó Argarión tras conquistarlos.
En uno de los campamentos rebeldes, el líder decidió apoyar a las tropas de los Santos de la Luna Negra. Su hija es una asesina infalible, a quien jamás se la ha podido ni siquiera señalar como tal por nunca dejar ningún rastro, una sensual arma de matar, SHILA.
Su más joven amigo de la infancia, Nif el ladronsuelo, renombrado pícaro de todos los reinos, ágil, habilidoso, veloz e inteligente aunque demasiado inquieto. Maestro de dagas y comediante poco aceptado…
Aunque el líder no quería dejar ir a su hija, el imponente ejército que se estaba formando lo intimidaba demasiado y debía proteger a su gente, Shila lo comprendió rápidamente y se sumo a los hombres junto a su amigo, ella siendo la líder del escuadrón de asesinos, espías y ladrones.
Mientras en el imperio de Vitae un joven príncipe es forzado a crecer y convertirse en rey en medio de una batalla con enemigos incansables…
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