La Zapada Lúdica, es un encuentro para disfrutar de hacer, jugar y compartir. Es una GameJam, pero a diferencia de las game jam de videojuegos, en esta te obliga a interactuar, te obliga a jugar con otros, es imposible hacer un juego de mesa sin mirar a alguien a los ojos.
Siempre dije que la diferencia entre un videojuego y un juego de mesa, es la velocidad. Pero esa, es una visión fría de los juegos. La experiencia como jugador y como diseñador de juego es mucho más profunda, ya que no es lo mismo enamorar a alguien por internet que hacerlo en persona, del primero siempre se puede borrar y corregir al vuelo, del segundo, tengo muchas experiencias guardadas de cómo hacerlo mal.
En un videojuego puede que tengas libertades y capacidades sobrehumanas, pero en un juego de mesa, tienes a un ser humano impregnando su personalidad, su realidad, en cada pieza. Ves a una persona contorsionarse por miedo a tomar la iniciativa, ves a alguien cacheteando al resto en palabras para ser el primero, puedes mentir sin parpadear en un chat, pero si una de tus pestañas titubea en la mesa créeme que serás votado para el exilio del juego.
Es por ello que aunque me guste jugar videojuegos, el crearlos nunca me inspiró, ya que mi pasión es generar expresiones y reacciones en la mente de las personas, en videojuegos no podría verlos, un youtuber es un actor y un comentario está editado, por eso terminaba perdiendo el tiempo en generar reacciones al cpu o poniendo a prueba el código, inventando de todo menos haciendo juegos… Al volver a sentir la suavidad de las cartas en mis manos y el sonido de las fichas rebotar como un concierto en vivo, volví a recuperar esa parte de mi que me desvela y me agota al mismo tiempo, un cansancio del bueno, de esos que uno siente cuando cae rendido tras divertirse apasionadamente.
Y en esta Zapada no hice un juego… Esta no es una historia sobre mi, es sobre un grupo de jóvenes entusiastas, es sobre re descubrir lo que significa aprender y enseñar, es sobre el futuro.
La Zapada Lúdica nació el año pasado como iniciativa de Fabian Martinez Torre de Lúdicamente, una gamejam pero con juegos de mesa, la propuesta era simple, un día, juntarse por 24 o 48 horas seguidas en diferentes sedes de todo el país, todos al mismo tiempo, a desarrollarlos en base a un concepto en común. Este año, la actividad explotó llegando a chile, colombia, mexico, paraguay y otros países de américa latina, demostrando que los juegos de mesa están en todas partes y con muchas ganas de crear una identidad latina. Con este objetivo en mente, el concepto de este año fue una imagen muy simbólica.
Hace varios años que organizo gamejams en Villa María, pero esta vez, para darle continuidad a un taller de diseño de Juegos que dictaba, lo realicé en la ciudad de Oliva. Dentro del Club de Ciencias Yachay Wasi IPEM 289 Dr. Ramón Picco (de la escuela conocida como ENCO), este peculiar club, es dirigido a pulmón por unos pocos profesores de la escuela, que se esfuerzan en generar una forma diferente de educación, realizando actividades, experimentando y por sobre todo, trabajando en equipo. Oliva tiene todo lo que se espera de un pueblo, una tardecita silenciosa y chavales hambrientos por nuevas experiencias.
De este club, participaron 12 alumnos de entre 12 y 14 años. Durante todo el trayecto trabajamos junto al excéntrico director del club Alejandro Saggin y la primorosa Profesora Celeste Girotti, a demás de varios otros profesores, directivos y padres que pasaban entre tiempos para darles una mano a los chicos y hasta sumándose a probar los juegos.
Una vez dada la introducción al evento y revelada la imagen de concepto. Se pusieron manos a la obra, una tormenta de ideas los separó en 3 grupos, cada uno con un objetivo distinto: Un juego contra el tiempo, uno de escapismo y uno administración de recursos.
Minutos después de que los chicos corrieran cada uno a un aula para trabajar sus ideas, apagué el proyector, saqué grandes bolsas de recursos (fichas, dados, relojes, hojas, cuadernos, cartas… algunas bolsas fueron regalo de los Sponsors de la Zapada) y aquí empieza lo curioso, o mejor dicho, el orgullo como profesores. Más allá de la naturaleza revoltosa de estos jovencitos, nos llevamos una tremenda sorpresa al entrar a las aulas y ver pizarrones completos usados para tirar ideas, planear mecánicas y hacer pruebas de fichas. Un paso, que pensábamos que tendríamos que decirles que hagan, como ha pasado en muchas otras gamejams con personas mayores.
Pero no es lo único, un grupo pensó más allá del juego, con un mensaje que querían dar para cuidar la naturaleza y concientizar de cómo la intervención del hombre puede provocar las catástrofes naturales a las que erróneamente llamamos accidentes.
Otro grupo, pensó en la economía del juego, en cómo lograr un microjuego, cómo lograr rejugabilidad con tan pocos recursos y lo más importante para ellos, que sea un reto contra el tiempo y divertido, lográndolo al canalizar esa energía desbordante en un juego de actividad física y mental, con una temática que recorre dioses y guerreros Incas.
El último grupo, con gran ambición, planearon un juego que tranquilamente tendría expansiones para cubrir los gustos de los jugadores de rol y los norteamericanos. Con una mecánica que les salió bastante bien desde el primer boceto, un creativo juego modular con gran potencial comercial y personalizable, que busca recrear un ritual Maya para apaciguar a la naturaleza.
Pasaron así todo el sábado, casi 12 horas seguidas, pero en esta sede debíamos darle un cierre el mismo día y reagruparnos el Lunes a la tarde… Así que el domingo y el final de los proyectos, estaba totalmente en sus manos.
Aquí es donde viene la segunda cachetada a los mentores de poca fe. La mañana del Domingo era el ojo de una tormenta que se avecinaba. Pensé, ingenuamente, que por fin podría dedicarme a trabajar en un juego propio, pero no tardó mucho hasta que los chicos despertaran uno a uno, atacando el chat (habíamos creado un grupo de whatsapp por si surgía algo importante), con miles de comentarios, organizándose entre ellos, preguntando, pidiendo, consultando. Desesperándose ellos solitos por cumplir con el trabajo. Comenzando los manuales, DISEÑANDO las tarjetas, las imágenes, pensando todos los juego entre todos. Buscando soluciones a cosas como «¿dónde imprimimos?» o enseñándose a compartir archivos. Descubriendo habilidades impresionantes en ellos mismos como una fantástica redactora, un gran diseñador y un genio informático.
El descubrir habilidades en las personas, es una de las cosas que más me gustan de las gamejam y las zapadas, son cosas que pasan de la nada, o que ocurren por coincidencia y de pronto, a alguien que veías en totalmente otra parte, aparece reluciendo algo que pudo ser una habilidad innata, pero que esa persona ni fichaba en sí mismo por considerarlo una tarea tan sencilla de hacer… Pero claro, este tipo de sorpresas es algo común en cualquier trabajo en equipo, mucho más cuando se está trabajando contrarreloj.
Y cuando pensábamos que chicos trabajando un domingo por cuenta propia era ya raro, no pararon hasta muy tarde caída la noche y ese chat, fue una alarma que me despertó a las 7 de la mañana del Lunes, para continuar trabajando.
Así llegamos al día de la exposición, que con nerviosismos e improvisadas presentaciones, dimos a conocer a toda la escuela los juegos creados por el club de ciencias.
No hace falta aclarar, que cuando dimos rienda suelta a los más de 100 chicos con las palabras «¿quién quiere jugar?», una avalancha colmó a los desarrolladores quienes ahora tenían una nueva prueba: coordinarse, explicar el juego y aprender a observar a sus jugadores.
Para sumar al entusiasmo de los creadores, invité a Martin Oddino (el creador del juego de mesa Magus) para que pueda darles su punto de vista a los proyectos de juego e incentivarlos a continuarlos, ya no como una tarea, sino como un verdadero proyecto de juego de mesa.
Este paso me pareció de vital importancia, porque no es lo mismo probarlo con todos tus amigos, que escuchar las palabras de un jugador con experiencia y crítica. Aquí, algunos se llevaron una gran sorpresa al encontrar huecos que no saltaban en ninguno de sus testeos personales, o ganaron interesantes ideas para probar, ajustar sus mecánicas o compararlo con juegos reconocidos, para que investiguen y aprendan del universo de los juegos de mesa.
El día entero, pasó agitado. Muy agitado. Terminada la labor de exposición, premiamos a estos valientes científicos lúdicos, con algunas experiencias de juego de rol, que incluso ahora mismo siguen jugando por su cuenta, pero usando herramientas online, es decir, en lugar de jugar un videojuego por internet, usan internet para jugar con papel, dados, lápices y mucha imaginación.
¿hace falta alguna otra prueba para destacar y resaltar la importancia del jugar en la tarea de aprendizaje y el trabajo en equipo? Hay que destacar otro detalle, sin saberlo, los tres proyectos fueron juegos Cooperativos, cada juego a su forma pero todos con un objetivo en común. ¿Qué parte de esa imagen de América Latina los inspiró inconscientemente a eso? No sabemos, pero por arte de serendipia coincidía con el Día Internacional del Cooperativismo.
Así que para sumar a esta cadena de trabajo en equipo y de compartir, aquí dejamos las versiones para descargar e imprimir de los juegos. PERO SI ALGÚN JUEGO LES GUSTA, NO SE OLVIDEN DE CONTACTAR A ESTOS DISEÑADORES DE JUEGOS y FELICITARLOS! Todos los derechos reservados 😉 Adelante, Héroes!!
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