Nuestra Encrucijada
Oid Mortales
Este juego fue creado en conjunto con Rodolfo Paz, un proyecto para demostrar cómo se puede enseñar con juegos creativos y mecánicas conocidas.
En Oid Mortales, los héroes de la historia argentina se enfrentan a los Realistas, en un intento de buscar los líderes de cada fuerza.
En este juego, los mismos jugadores pueden estar de uno u otro bando, trabajando con las mismas reglas como una forma de ver la historia sin prejuicios y analíticamente.
Se juega con cartas de trivia, fichas y un tablero, se puede jugar de 2 o 4 jugadores. La mecánica es simple con grandes toques de estrategia y táctica.
Las artes fueron creadas por Rodolfo Paz, famoso artista tucumano que tiene un estilo propio y marcado.
Jugabilidad
Es un reto a la memoria y la astucia, las preguntas en las cartas son tramposas y juegan contra toda lógica, cada pregunta son relatos increíbles pero verdaderos, históricos, de batallas durante la liberación Argentina.
La rejugabilidad tiene un sector especial, ya que las mismas preguntas pueden hacerse más de una vez, gracias a un sistema original de Falla y Acierto.
Así se vuelve entretenido no solo a los sabios, sino también a los jugadores amantes de la psicología, porque leer a tu oponente puede darte más pistas que cualquier libro. Cada paso, cada gesto puede delatar donde está la ficha de oro oponente, una vez que se derrota al General San Martin o a Cisneros, se acaba el juego.
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Las Batallas por Gailbour
Cuando los dioses antiguos crearon a Alma Oscura, con el objetivo de detener la destrucción deYogsetot, lo enviaron a la tierra, el único planeta con leyes más fuertes que los mismisimos antiguos, con la esperanza de que al enfrentarse a Yogsetot tenga la oportunidad de destruirlo.
Alma oscura tocó la tierra por primera vez y desde sus pies un extraño fuego azul cubrió todo a la vista. La tierra se secó de golpe y la vida fue completamente absorbida, el poder de Alma Oscura era tan grande que su presencia en un plano con tantas reglas de existencia, conllevaba un altísimo precio.
Los dioses se alarmaron y para evitar que su propia creación destruya el mundo que querían proteger, le otorgaron un artefacto forjado con la escencia más pura de los cristales de Gialy, a este artefacto no le dieron forma, solo un objetivo, alimentar al Alma Oscura, para que al lanzarla al mundo, las relgas lo moldearan para satisfacer el hambre de su creación.
Alma Oscura en su apetito de poder, tomó el artefacto mientras aún se estaba formando y le obligó a tomar la figura de una poderosa espada, sacrificando un gran porcentaje de su propio poder le otorgó una nueva cualidad que ponía en peligro el equilibrio del mundo: la de nunca tomar una forma definida y moldearse a su antojo. Así, Alma Oscura levantó en sus manos la Espada Gailbour, que en la lengua antigua significa «El arma de Gialy».
Gracias a esta imponente arma, capaz de tomar la forma y adquirir cualquier poder que Alma Oscura imaginase, logró derrotar a Yogsethot y sus hijos con terrible facilidad y brutalidad.
Los dioses antiguos vieron en Alma Oscura mucho más que un poderoso guerrero, sabían que el control que tenía sobre Gailbour desafiaba las leyes de la tierra, significando que sería capaz de superarlos, ya que ellos por cuenta propia, no podían salirse del reglamento del cosmos del Gialy.
Tal como lo habían predicho, Alma Oscura intentó levantarse contra los Dioses, pero a diferencia del Alma Oscura, su creación más perfecta libre de ataduras, Gailbour aún pertenecía a los dominios de los Dioses y aprovechando que Alma Oscura ignoraba esto, dieron batalla hasta poder poner sus manos todos juntos en el filo de la espada, quitándosela y escondiendola en un lugar recóndito del planeta.
Al quitarle el alimento que mantenía bajo control el apetito de Alma Oscura, éste se desató furiosamente contra la tierra, arrasando a gran velocidad un continente completo, los dioses desendieron para contenerlo pero era muy tarde, ese sector del planeta se vería maldito para siempre.
Usando sus ultimas energías, lograron encerrar a Alma Oscura en Atempus. Dejando en este mundo huellas que jamás podrían borrarse.
En esa tierra maldita, un hueco en particular, aquel donde Alma Oscura calló por primera vez, nacían unas criaturas sin voluntad, sin inteligencia, tomando la figura de las almas que eran absorvidas por el fuego. Estas criaturas no eran visibles a los ojos de los Dioses y solo los mortales podían tocarlos, lamentablemente para convertirse en sacrificios.
Los llamaban los Siervos de Alma Oscura, seres que solo se movían con los impulsos que llegaban desde otra dimensión, nacían con sus mentes atadas a un objetivo y morían cumpliendola. Los que se lograban liberar de este mandato, se mezclaban con el resto de los mortales con sus propias intenciones, recordando muy poco de sus vidas pasadas. Aquellos que nacían y morían sin dudar de sus ordenes, fueron marcados como los Trabajadores del Mal, siempre actuando de formas extrañas, moviendo mar y tierra por razones que nadie entendía.
Llegado el tiemp, los Dragones, que aún se disputaban el control con los hombres, lograron empujar a estos seres y aislarlos fuera del gran contiente, con la esperanza que las criaturas no avanzaran ya que hasta ellos les temían. Así fueron creadas las islas de Taurock, «La roca de los muertos», el lugar en el que solo crecían los Siervos y que nadie se atrevía a entrar.
Los dioses al no sentirlos ni verlos, abandonaron la tierra creyendo que de esta forma sería mejor y se evitarían más calamidades, desapareciendo de la historia.
Centurias pasaron y el mundo cada vez más poblado se topó con un mito. En la construcción de un castillo al borde del mundo, desenterraron una boveda en la que dentro palpitaba una energía imprecionante, la espada de Gailbour. Los hombres que la encontraron solo la veían como una espada mágica y esa fue su forma durante mucho tiempo.
Los humanos aprovecharon el incomprensible poder que tenían de formas sanginarias, expandiendo sus territorios y derrocando a los dominantes dragones llevandolos al borde de su extinción. Entre el imparable avance, pisaron las tierras de Taurock, donde los Siervos reaccionaron instintivamente ante la presencia de Gailbour.
Durante 300 años se libraron guerras que solo alimentaban a los hijos de Alma Oscura, cubriendo en poco tiempo el mundo de Trabajadores del Mal que tenían sólo la misión de recuperar la espada, durante 3 siglos el arma pasaba de Siervos a Humanos con frecuencia, sin ninguno aprender a dominarla, hasta la aparición de un héroe humano. Este héroe pasaría a las Leyendas como el Héroe Desconocido, un hombre que fue capaz de comprender todo el poder de la Espada y lo utilizó para detener el regreso de Alma Oscura, devolviendo a sus Siervos a las cuevas de Taurock. Pero no estaba solo, 7 héroes más lo acompañaron, mas un humano jamás hubiera sido capaz de mantener el poder de Gailbour sin costo. Fué así como su existencia fue borrada de la memoria de todos, así como su vida desde su nacimiento fue el pago por controlarla en contra de su amo verdadero. Solo los 7 Héroes que lo acompañaron mantuvieron un atisbo de haber estado a su lado ante ese suceso legendario, sobrevivieron sin saber su nombre, su rostro, sin saber porqué ni cómo lo logró ni qué le ocurrió tras detener el apocalipsis.
Bengalus, conocido como Bengal, uno de los héroes, el mago de fuego, dedicó su vida a contar la historia olvidada pero con mucho cuidado, sólo aquellos que él consideraba nobles, que valorarían la historia y sus secretos sabrían sobre Gailbour y la razón de la gran estatua de Latbade Ero Escocio, «La tumba del héroe desconocido»…
Hasta el día de hoy, la segunda venida del Alma Oscura, cuando la media Luna Negra apareció para detener el corazón de los hombres y acelerar el de los valientes, los habitantes de Taurock se fortalecen y comienzan la búsqueda de Gailbour una vez más, solo la aparición de un nuevo grupo de Héroes que la encuentren antes podría evitar que Alma Oscura obtenga el dominio de todo el universo…
Las batallas por Gailbour, dan inicio…
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