En un principio cuando la vacuidad gobernaba la nada, el centro del infinito era conocido como “Naxyr”, donde los dioses nadaban en el informe mar de las tinieblas; con ellos, en lo mas profundo donde la luz era no luz y la vida era una no-vida, habitaba el demonio sin forma conocido como Yog Setoth de quien la profecía escribió, asistiría a la destrucción del universo.
Los dioses aburridos de su existencia, decidieron crear, y creando inventaron el cristal del tiempo, el “Cronos Gyali”. Dentro de este cristal, se originaron millones de estrellas, y con ellas, astros, entes, vida.
Yog Setoth, al ver la acción de los dioses, esperó el momento perfecto y destruyó el cristal; pero de este, constelaciones, galaxias y astros, fueron expulsados en la primera gran explosión, invadiendo el Naxyr por completo. Los dioses, desesperados por este evento, y por la intromisión de tanta existencia en el mar de las tinieblas, intentaron contener la expansión del universo estelar inútilmente. Se dedicaron a destruir, pero al ver que el universo del Cronos Gyali continuaba creciendo, lo aceptaron e investigaron con emoción.
Este es el tiempo en que los dioses encontraron a los hombres y bajaron a vivir con ellos. Fundando su ciudad en la montaña mas grande en un frió desierto de este planeta.
Como costumbre, solo bajo la media luna negra, se manifestaban entre los hombres y estos eran conocidos por ellos como los santos antiguos.
Yog Setoth, al enterarse de tal acontecer, creó a sus hijos para tentar y confundir a cada uno de los hombres e infundir rechazo a los dioses.
El primero fue Nigurath, este asumió la forma de un chivo negro con tres cuernos y alas de águila, blancas como el resplandor del sol mas refulgente.
Luego envió a Cthulhu, su segundo hijo, este tomó la forma de un dragón de siete cabezas.
En tercer lugar, a Hastur, quien se manifestó como un águila con cabeza de sol, una corona, y en su garra izquierda blandiendo una espada de fuego.
En cuarto lugar, mando a Nyarla, en forma humana como un hombre alto, de cabellos de fuego y dos serpientes de oro que por la espalda se arqueaban hacia su cabeza.
Por ultimo, a su preferido, Azaroth, quien decidió tomar una forma que infunda temor y respeto a todos los seres de la tierra, y al mismo tiempo, que contenga todo el poder necesario para él solo poder combatir a los dioses, mas no pudo este ultimo deseo, pues el universo del Cronos Gyali tenía sus propias reglas…
Cada hombre fue tentado por los distintos demonios, formando cultos y provocando guerras y divisiones.
Los pocos que se resistieron, pidieron ayuda a los antiguos, tomando estos como solución crear al Alma Oscura. Una sombra y esclavo de los dioses, pero también es verdad que este fue, a si mismo, su propio amo y su manifestación en el mundo de los hombres lo volvió perpetuo.
Alma Oscura, abiertamente pronuncio su terrible sentencia, expulsando a los demonios mas allá del abismo, pero encolerizado y dejándose llevar por su furia, estuvo a punto de destruir el mundo, adquiriendo con cada victoria más poder acercándose peligrosamente a los dioses.
Para evitar que tomara el poder del mundo, los antiguos fundieron un poco de todos los elementos con los restos del Cronos Gyali, formando el “Atempus” y Alma Oscura fue sellado en una dimensión paralela, un lugar donde solo los antiguos conocían su ubicación: una época distinta y lejana.
En los tiempo de paz, se fueron organizando y fundando imperios:
Pelagus, Vitae, Solicium, Umbarum y Desertorum.
Pasaron miles de millones de años después de la gran batalla. Y el Cronos Gyali comenzó a reconstruirse por cuenta propia, el universo entero se comprimía a un paso invisible.
Los primeros siglos, este retroceso creaba en su camino pequeños cristales de forma esférica en la tierra. Los hombres los encontraron y aprendieron a usar el misterioso poder del Gyali, capaces de proteger, crear y destruir al antojo de su poseedor.
Mientras tanto los antiguos continuaban experimentando con el proceso de involución, y su poder sobre Yog Setoth, se tornaba cada vez más débil. Azaroth llegó a poseer un cristal, comprendió al instante su capacidad y se liberó de su condena. Cambiando su forma a la de un hombre, vagó por las cinco tierras recolectando más cristales, comiendo humanos brutalmente para no darles posibilidad de usar los cristales en su contra.
Viajando, escucho la historia de Alma Oscura, el que se reveló contra los dioses, e intentó regresarlo de su exilio usando el poder de los cristales que recolectó, fue un fallido experimento que casi lo destruye, revelando a los dioses su libertad y estos actuaron de inmediato volviendo al mundo de los mortales, a quienes habían abandonado por su traición en el pasado.
Los antiguos entonces, construyeron enormes pirámides con una forma de torreones con complejas estructuras que llegaban al Atempus, apta para almacenar y ampliar su energía y así mantener cerradas sus puertas. Fueron puestos en cada una de las ciudades principales, a excepción de Vitae para evitar su corrupción, y colocando en cada una de ellas un guardián: Nodens, Ichtnoth, Dagon, Mithra. Semidioses venidos de la nada, que no existen en los espacios sino entre ellos, capaces de proteger cualquier intento de Alma Oscura de regresar.
El significado de la eternidad, ese que convierte a su dueño en alguien que en cualquier momento pudiera existir… o volver… ha asombrado y asustado no solo a los humanos, sino también a aquellos seres ya casi olvidados: los santos antiguos. Las torres del Atempus guardaban dentro muestra de ello, capturando a un ser inmortal, mas no habiendo forma de destruirlo a él o el lugar donde se encontraba.
Milenios pasaron, y aun en los tiempos de magia, los cristales del Cronos Gyali comenzaron a desvanecerse, como si su existencia en la realidad estuviera siendo rechazada. Todos los clanes se alertaron y un terror los gobernó, puesto las puertas del Alma Oscura estaban siendo abiertas nuevamente, y los semidioses que las protegían se habían debilitado. Los torreones de las Atempus dejaron ver en su complejo interior grandes vortices que reflejaban una tierra desconocida, el universo donde el Alma Oscura fue encerrada. Y tras un largo tiempo desaparecida, la media luna negra brillo en un aura de desesperanza sobre el cielo.
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