Santos de la Luna Negra – Parte 1 «El libro»

…Frente al poderoso rey, el emperador y soberano de todo lo que está dentro de las murallas mágicas, AZAROTH se presenta en la forma de un viejo mago marchito, decía ser el guardián del libro donde se contaba el cuando los poderes etéreos dejarían de fluir en el universo… En el reino que gobernaba todo el planeta, su rey escucho a un creído loco mago vagabundo…

– La media luna salio completamente negra, como eclipsada; incluso de día la podéis ver. No seáis incautos, y comenzad los preparativos para el final de vuestro reinado.- dijo AZAROTH, un raro y peligroso brillo reflejaba la luna en sus ojos.

– ¿Como osas venir y proclamar semejante barbaridad? Frente a mi, vuestro rey, emperador y soberano… ¿que mi reinado esta por acabar? – exclamo el rey, de una forma casi monótona, desinteresado de lo que el viejo hablaba, mas preocupado por todos sus concejeros que no paraban de discutir y conversar entre ellos.

– Escuchad vuestras propias voces, mi rey, que el silencio de las palabras arcanas se está por gastar en vuestros labios y en el de todos los magos y bestias nacidas del Mana. ¡En cuestión de años ya no podrá levantar las murallas mágicas! ¡Es solo cuestión de tiempo para que todos los hechiceros y brujas no valgan más que un montón de ancianos inútiles! Recuerde mi rey, que vuestro poder solo se basa en el control que tenéis del Cronos Gyali… si este desaparece… usted lo hará con él – algo asustado y apresurado el viejo se movía temblorosamente caminando hacia el rey.

Los concejeros, sorprendidos por las palabras del viejo, solo asentaron con la cabeza, y fue suficiente para el rey. Y una macabra sonrisa se formó en el rostro de AZAROTH… El viejo confiado, dejo en el suelo del castillo el pesado libro que cargaba y se retiró sin decir más nada. Argarion, el Rey, no era ajeno a esa información, mas jamás quiso aceptar tales desdichas en su porvenir. Más allá de las palabras del anciano, y de este nuevo problema, solo los soberanos de los más grandes imperios, tenían sobre su espalda el peso de una leyenda que se transmitía de generación en generación: el regreso de Alma Oscura cuando las puertas de las Atempus se abríeran, y en esos corrientes días, lo estaban haciendo…

Envió a los mensajeros alados (cóndores gigantes de 4 alas) a todos los rincones del mundo conocido. Las grandes diferencias entre los clanes fueron dejados de lado, por el bien de todos, y consiguiendo una forzada alianza, y así decidieron abrir los textos de AZAROTH reunidos en las tierras mágicas de Argarion, el castillo «Wings». En él, se contaban las historias de los casi olvidados Santos antiguos, los creadores de estas torres y el poder que poseían, pero con su desaparición tras la primera gran guerra, los hombres habían dejado de creer en ellos, y ellos decidieron no ayudarlos más… Se creó la alianza de los «Santos de la Luna Negra», forjaron así su escudo y bandera en oscuro amarillo, el color de la enfermedad que agobia el cielo, una cruz en el centro cargando ellos con la responsabilidad y dos media lunas negras en cada brazo de la cruz en honor a aquellos dioses olvidados, como en un pedido de perdón y suplica de apoyo sagrado; sin importarles si los antiguos responderían o no, tomaron en sus propias manos la misión de acabar con aquel terror detrás de las puertas en las torres de Atempus. Los humanos, las bestias, dragones y todos los seres que habitaban este mundo, se reunieron en grandes y poderosos ejércitos; cada uno llevando con sigo trozos del Cronos Gyali y llenándose de un fulgor ardiente en el pecho, avanzando al paso de los tambores de guerra y los gritos de aquellos entusiasmados héroes.

Más de 1 millón de valientes estaban en sus filas con el mismo fulgor en sus venas: el de combatir las fuerzas oscuras que querían apagar sus sueños y destruir su tierra…


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