Santos de la Luna Negra – Parte 2 «Estrellas de la noche santa»

worldmap_ver2Imperium el continente más grande, contiene en su centro, rodeado de montañas, a la torre Atempus. El gigantesco ejército santo estaba dividido en bloques por origen. Cada división era administrada por un General de guerra o un rey de tierras lejanas… Lamentablemente Argarion no tuvo otra opción, debió permitir la presencia de enemigos jurados a su reinado, pero, que bajo la misma amenaza, tuvieron que unir fuerzas. La misión original que los Santos de la Luna Negra era cruzar los grandes portales y ya del otro lado, eliminar la amenaza, mas algunos tenían sus propios planes a seguir.

Los Reinos

Desertorum, extensiones de tierras muertas y desiertas que pocos años atrás fue parte del reino de Umbarum, divididos tras la creación del Manto Negro, una muralla de nubes para proteger la isla de Rotrah. Estas tierras son habitadas por criaturas salvajes y mágicas, y no admiten a humanos comunes en su territorio, los pocos sobrevivientes se entrenan como ávidos asesinos y mercenarios.

Uno de los más grandes generales de Umbarum y Desertorum, fue convertido en Líder de una gran facción de la legión de los Santos de la Luna Negra, conocido como Halgan de Demio. Sus ojos suelen tornarse rojos en totalidad, parecen dos rubíes, se cristalizan en batalla poseído por el fulgor. Sin importarle, su único objetivo es formar un ejército más poderoso que el de Argarión y proclamarse dios.
Siempre mirandolo de lejos, en un torreón, Bastian, único hijo bastardo de Halgan, nacido en las tierras de Vitae, observa como su padre organiza sus tropas… él lo odia como padre y lo respeta como superior. Sabiendo de aquellos planes, busca infiltrarse en las legiones, y poder detenerlo. Nadie sospecha de Bastian, puesto es un común campesino, fuerte pero no resaltante, valeroso e intrépido, solo nombrado como el “Espadachín exagerado” por quienes no lo aprecian, por usar una espada tan alta como él, sus brazos aunque fuertes, no demuestran el increíble control que tiene sobre esta arma.

En el reino de Pelagus, zona del continente conformado principalmente por grandes extensiones de playas nevadas, los grandes faros blancos marcan la ruta del imperio más numeroso. La capital es asediada constantemente por tormentas y rara vez iluminada por el sol, suelen rezarle a su Ente menor, Aqua, la dama del océano pidiendo su misericordia y su poder.
Se pueden apreciar pocas faunas en estas tierras debido al intenso frió y humedad, pero la cantidad de especies marinas descubiertas alcanza grandes cifras. Los muelles más importantes se encuentran en la nación de Pelagus, pioneros en la pesca, la exploración de océanos, y tecnología naval; por más de poseer la flota más grande y poderosa por siglos, ha mantenido una frágil alianza con el reinado de Argarión; pero hoy sus enemigos en común son una amenaza mayor que estos detalles.

Dilesie, “El mago romántico”, desembarcaba de la fragata “Breiya”, el navío enviado por el reinado de Pelagus; Dilesie, conocido por ser un poderoso maestro del control del aire y el mar, es renombrado al haber sobrevivido al dragón marino Teryx Taenio, aunque en esa batalla perdió su brazo derecho, infortunio que ahora usa para conquistar mujeres. En las filas de su camarada Argarión, su objetivo no era solo conocer a las hechiceras y princesas más poderosas y bellas, sino concluir la tarea de su hermano mayor, Bengalus. En una carta que recibió recientemente le encomienda una búsqueda imposible:
“Mi vida se esta acabando, el báculo sagrado no podrá mantenerme vivo por mucho más tiempo, soy mortal, y no hay gracia divina que pueda cambiar eso. Mi historia esta plagada de aventuras y guerras, he visto y he hecho crecer los reinados más hermosos de este mundo, así como también los he ayudado a caer… Mas allá de mis conocimientos, no he logrado obtener algo muy importante, y necesito que tu lo encuentres…”–en eco las ultimas palabras de Bengal resuenan en su mente con la llorosa y temblorosa voz de un anciano arrepentido “Gailbour el arma de las mil formas, encuéntrala… devuélvela a la tumba del Héroe en el cementerio del castillo de Wings, alguien la ha robado y no pasara mucho tiempo antes que se repita la catástrofe… jamás.. Debí… abandonarlo…”

Solicium, Las tierras del reinado de Solis, compuesta por bajos valles y planicies en su mayoría, con pequeñas montañas al norte; su clima calido, no muy variable, contiene la mayor cantidad de ciudades, aldeas, palacios, comercios, puertos y por demás está decir, un altísimo número de habitantes, de los cuales no todos son fieles seguidores, y suelen crear campamentos rebeldes en las fronteras del amplio reinado.
Poseen una fuerza terrestre de grandísimas dimensiones, para luchar en nombre de Solis, además de grandes avances en la educación y el conocimiento. El reinado está compuesto por Señores de la Luz, quienes comandan diferentes partes de las tierras; pero todos bajo la soberanía y el mando del Santis, o el santo, quien es nombrado representante en forma humana de Solis, y por ende, gobernador absoluto de su reinado, titulo que se autoproclamó Argarión tras conquistarlos.

En uno de los campamentos rebeldes, el líder decidió apoyar a las tropas de los Santos de la Luna Negra. Su hija es una asesina infalible, a quien jamás se la ha podido ni siquiera señalar como tal por nunca dejar ningún rastro, una sensual arma de matar, SHILA.
Su más joven amigo de la infancia, Nif el ladronsuelo, renombrado pícaro de todos los reinos, ágil, habilidoso, veloz e inteligente aunque demasiado inquieto. Maestro de dagas y comediante poco aceptado…
Aunque el líder no quería dejar ir a su hija, el imponente ejército que se estaba formando lo intimidaba demasiado y debía proteger a su gente, Shila lo comprendió rápidamente y se sumo a los hombres junto a su amigo, ella siendo la líder del escuadrón de asesinos, espías y ladrones.

Mientras en el imperio de Vitae un joven príncipe es forzado a crecer y convertirse en rey en medio de una batalla con enemigos incansables…


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Santos de la Luna Negra – Parte 1 «El libro»

…Frente al poderoso rey, el emperador y soberano de todo lo que está dentro de las murallas mágicas, AZAROTH se presenta en la forma de un viejo mago marchito, decía ser el guardián del libro donde se contaba el cuando los poderes etéreos dejarían de fluir en el universo… En el reino que gobernaba todo el planeta, su rey escucho a un creído loco mago vagabundo…

– La media luna salio completamente negra, como eclipsada; incluso de día la podéis ver. No seáis incautos, y comenzad los preparativos para el final de vuestro reinado.- dijo AZAROTH, un raro y peligroso brillo reflejaba la luna en sus ojos.

– ¿Como osas venir y proclamar semejante barbaridad? Frente a mi, vuestro rey, emperador y soberano… ¿que mi reinado esta por acabar? – exclamo el rey, de una forma casi monótona, desinteresado de lo que el viejo hablaba, mas preocupado por todos sus concejeros que no paraban de discutir y conversar entre ellos.

– Escuchad vuestras propias voces, mi rey, que el silencio de las palabras arcanas se está por gastar en vuestros labios y en el de todos los magos y bestias nacidas del Mana. ¡En cuestión de años ya no podrá levantar las murallas mágicas! ¡Es solo cuestión de tiempo para que todos los hechiceros y brujas no valgan más que un montón de ancianos inútiles! Recuerde mi rey, que vuestro poder solo se basa en el control que tenéis del Cronos Gyali… si este desaparece… usted lo hará con él – algo asustado y apresurado el viejo se movía temblorosamente caminando hacia el rey.

Los concejeros, sorprendidos por las palabras del viejo, solo asentaron con la cabeza, y fue suficiente para el rey. Y una macabra sonrisa se formó en el rostro de AZAROTH… El viejo confiado, dejo en el suelo del castillo el pesado libro que cargaba y se retiró sin decir más nada. Argarion, el Rey, no era ajeno a esa información, mas jamás quiso aceptar tales desdichas en su porvenir. Más allá de las palabras del anciano, y de este nuevo problema, solo los soberanos de los más grandes imperios, tenían sobre su espalda el peso de una leyenda que se transmitía de generación en generación: el regreso de Alma Oscura cuando las puertas de las Atempus se abríeran, y en esos corrientes días, lo estaban haciendo…

Envió a los mensajeros alados (cóndores gigantes de 4 alas) a todos los rincones del mundo conocido. Las grandes diferencias entre los clanes fueron dejados de lado, por el bien de todos, y consiguiendo una forzada alianza, y así decidieron abrir los textos de AZAROTH reunidos en las tierras mágicas de Argarion, el castillo «Wings». En él, se contaban las historias de los casi olvidados Santos antiguos, los creadores de estas torres y el poder que poseían, pero con su desaparición tras la primera gran guerra, los hombres habían dejado de creer en ellos, y ellos decidieron no ayudarlos más… Se creó la alianza de los «Santos de la Luna Negra», forjaron así su escudo y bandera en oscuro amarillo, el color de la enfermedad que agobia el cielo, una cruz en el centro cargando ellos con la responsabilidad y dos media lunas negras en cada brazo de la cruz en honor a aquellos dioses olvidados, como en un pedido de perdón y suplica de apoyo sagrado; sin importarles si los antiguos responderían o no, tomaron en sus propias manos la misión de acabar con aquel terror detrás de las puertas en las torres de Atempus. Los humanos, las bestias, dragones y todos los seres que habitaban este mundo, se reunieron en grandes y poderosos ejércitos; cada uno llevando con sigo trozos del Cronos Gyali y llenándose de un fulgor ardiente en el pecho, avanzando al paso de los tambores de guerra y los gritos de aquellos entusiasmados héroes.

Más de 1 millón de valientes estaban en sus filas con el mismo fulgor en sus venas: el de combatir las fuerzas oscuras que querían apagar sus sueños y destruir su tierra…


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Santos De la Luna Negra

«¿Una nueva alma para nuestras fuerzas? que gusto verte. Dejame contarte a que has venido.
Durante milenios un mal estuvo dormido en otra dimensión. Una fuera de nuestro entendimiento. Este mal debe ser erradicado de una vez. Nuestras fuerzas levantan el estandarte de la Luna Negra, y las voces de todas las razas, especies y bestias se unen con el mismo propósito… Viajaremos a un mundo que aparenta ser de un futuro lejano, donde la magia ya no existe. Por lo que solo contaremos con nuestra habilidad, fuerza y valor.
No te preocupes, Nuestra torre del Chronos Gialy, nos ayudará a llegar a nuestro destino y contar con nuestros ilimitados recursos.
Prepárate y si sigues a tus superiores con honor, y peleas usando el fulgor de los Santos de la Luna Negra… Nada te dañará.
Es tiempo de equilibrar el universo.
Sigue a tu corazón joven alma, y vivirás las aventuras que soñaste.»


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